Vino, Cerveza y Salud

En el siglo XIX empezaron a surgir las primeras hipótesis sobre los supuestos beneficios para la salud del consumo moderado de vino; no obstante, habría que esperar hasta 1991 para que se obtuviese la primera evidencia científica, con el descubrimiento de la denominada “paradoja francesa”: los franceses, consumidores habituales de productos con alto contenido en grasas como el queso y la mantequilla, tenían, sorprendentemente, un índice menor de trastornos cardiovasculares; la clave estaba en el consumo habitual de vino en las comidas. A partir de ahí, llegó la revolución desde el punto de vista científico: numerosos estudios han avalado desde entonces cómo la ingesta de vino –y de cerveza- tiene relación directa con el descenso del riesgo de padecer determinados tipos de cáncer, accidentes cardiovasculares y colesterol.


Son sólo algunas de las ventajas –se insiste desde la medicina-, siempre que hablemos de un consumo moderado y responsable entre adultos. El reportaje de Treinta Minutos “Vino, cerveza y salud” recoge las principales líneas de investigación que hay alrededor de estos dos productos clave en la dieta mediterránea.


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